viernes, 20 de enero de 2017

Tema 17: Los sacramentos.

Objetivo: Saber que en la iglesia recibimos los Sacramentos de Jesús, para vivir una nueva vida como hijos de Dios y cumplir sus mandamientos.
**Saber que los sacramentos son signos sensibles, instituidos por Jesús para comunicarnos la vida de la gracia, y ayudarnos a vivir como hijos de Dios.+
***Conocer que Jesús ha dado el poder a la iglesia, osea, los sacerdotes, de administrar los sacramentos.
****Memorizar los siete sacramentos: Bautismo, Confirmación, Penitencia, Eucaristía, Orden Sacerdotal, Matrimonio y Unción de los Enfermos. 


Bautismo
Por medio del bautismo, empezamos a ser hijos de Dios empezamos a ser parte de la Iglesia Católica, recibimos al Espíritu Santo; se nos borra el pecado original; y nos da una señal inborrable, llamada "carácter", es decir, nunca se borrará, que nos abre el camino para recibir todos los demás sacramentos.

Penitencia o Reconciliación
La Penitencia nos trae el perdón de Dios por pecados cometidos después del Bautismo. Es un medio muy eficaz para ir progresando como buenos Cristianos. Nos ayuda a ejercitarnos en la humildad, reconociendo constantemente nuestras faltas y por ello, aumenta en nosotros el amor a Dios y a nuestros hermanos.

Eucaristía
En la eucaristía, Jesús se hace presente bajo las apariencias de pan y vino, alimentándonos verdaderamente con su Cuerpo y su Sangre. Con este Sacramento, se nos borran los pecados veniales y nos ne más a Jesús y a todos los demás hermanos. Es el alimento que nos impulsa en nuestro caminar hacia el Padre y nos sostiene en las dificultades.



Confirmación
En la confirmación recibimos el sello del Espíritu Santo a través del Obispo o su delegado, que nos prepara para ser testigos de Cristo, para mantener nuestra fe de una manera pública, sin miedo.

Orden Sacerdotal
Por el Orden Sacerdotal, administrado por el Obispo, se confiere la consagración de un hombre escogido por Dios y lo consagra al Servicio de Él y su Iglesia. A través de los sacerdotes, Jesús continúa obrando la salvación en medio de nosotros. Si no tuviéramos sacerdotes, faltaría el sacramento de la Penitencia y permaneciéramos en nuestros pecados, no se celebraría la Misa y no podríamos recibir la comunión.

Matrimonio
En el matrimonio, Jesús bendice la unión del hombre y la mujer de manera indosoluble, es decir, para toda la vida, dándoles la gracia de amarse y educar cristianamente a sus hijos. De esta manera, Dios fortalece y bendice a la familia.

Unción de los enfermos
Por la unción de los enfermos, Jesús da a las personas enfermas y a los ancianos, a través del Sacerdote, ayuda y fuerza para sufrir pacientemente. Perdona sus pecados y los prepara para el encuentro definitivo con Dios. Es muy recomendable no esperarse hasta el último momento que el enfermo esté grave para llamar al sacerdote, sino cuando todavía está en plena posesión de sus facultades, para que aumente la gracia. 

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